Existe tanto que no digo
y guardo en silencio.
Como el hecho de que te amo.
Y me duele todo esto.
Libido - Bohemia - Placer - Lujuria - Demencia
La amé.
La amé al punto de olvidar el miedo.
La amé de una y mil maneras.
Cambié, me adapté, mejoré.
Viví, sin pena ni gloria, feliz del proceso más que del final.
La amo.
No lo voy a dudar.
Pero no puedo dar marcha atrás.
Orgullo, trágate mi alma,
o correré hacia ella.
Obligadamente tuve que tragar mi amor por ti.
Y avanzar... lento,
Pero avanzar...
Un falso alivio,
una panacea para el corazón,
una anestesia para los sentidos.
Eso es lo que me carcome la piel en este momento:
el no saber cuál es el siguiente paso,
en qué instante terminará esta locura
que me consume en silencio.
Mi batalla es completamente real.
Es una contienda entre el recuerdo y mi realidad.
Una guerra sin cuartel,
donde trato de guardar silencio,
mientras por dentro lo único que deseo
es besarte hasta que te fundas en mí una vez más.
Pero no…
no, maldita sea.
Esto es por mí.
Esto es porque necesito sanar de ti.
Necesito sangrarte gota a gota,
necesito cerrar los ojos
y encadenar a la diosa pagana
que aún vive en mi mente.
Necesito tomar el control.
Necesito opacar a este triste corazón
que no ha parado de llorarte.
Lo logro comprender:
visitas tanto mi pasado,
como si yo aún viviera allí.
Visitas tanto mi pasado,
torturando mi presente,
como si no fuéramos entes distintos.
Visitas tanto mi pasado…
pero no sabes que lo incendié todo.
Visitas tanto mi pasado,
que probablemente será tu próxima morada.
Qué triste es decir: “comencé a olvidarte”.
Pero entre nosotros, es mentira.
Jamás podría hacerlo,
solo que aprendo a vivir en silencio.
Mi corazón jugó a las cartas con mi mente,
y ha llegado el momento
de guardar mi voz,
y entre susurros decir adiós.
me enamoré de una mirada
de unas pupilas lejanas
de una fria y calida, silenciosa mirada.
que al caer la noche se transformará y
cambiará las reglas a su conveniencia.
Pero murió
y con ella mis ganas de avanzar.
____________________________________________
Querida Loba:
Una década.. dos? el tiempo fluctúa velozmente cuando debería detenerse en algún pasaje de esta historia. hoy tengo sentimientos encontrados, porque tengo una mirada perdida en unas pupilas lejanas, que frustración mas grande, querer y no poder.
mi oscura alma nuevamente en la balanza. acaso ¿seré lo suficiente?
perdido en lo que me perdió.
buscando lo que no me extraña.
B.
pd: ya no puedo oír Sleep Token :/
Loba:
Ahora lo entiendo todo, no es rabia, no es pena, no es desamor, es "frustración"
A veces extraño con nostalgia Monterrey. Que tiempo tan sencillo y simple. Extraño eso.
Pregunta, ¿recuerdas Temuco? la vez que nos recostamos en ese verde monte, donde estaba la cruz, era de día y comenzó a llover mientras nuestra espaldas en el pasto y el mundo se detuvo unos segundos...
Creo que es mi lugar seguro, cuando estoy mal, regreso a ese lugar.
Siempre regreso.
B.
Lo más triste de tu partida es que me enseñaste a vivir contigo…
pero nunca a sobrevivir sin ti.
—EL PUÑAL EN EL CORAZÓN QUE JAMÁS QUISÉ DE MI PERSONA IMPORTANTE—
Jamás puedes obligar a alguien a cambiar.
Cada quién es como quiere ser,
actúa como quiere actuar;
y a su vez,
pierde
lo que quiere perder.
Soy quien quiere estar en tus momentos tristes, quien puede permanecer fuerte hasta el final, soy quien quiere luchar por ambos, soy quien quiere avanzar de tu mano. Pero… ¿y quién eres tú? ¿Eres real?
A veces cierro los ojos y me aferro a los recuerdos donde sentí que tu corazón y el mío latían al mismo ritmo. ¿Acaso puedes también recordarlo tú?
No entiendo cómo puedes soltar mi mano tan rápido… yo daría mi vida por permanecer aferrado a ti. Dime, amor, ¿alguna vez me sentiste junto a ti? ¿Alguna vez nuestras miradas apuntaron en igual dirección?
Hoy el orificio de mi pecho silba más fuerte que nunca cuando el viento hace eco al pasar.
Si alguna vez fuimos dos cómplices mirando la noche pasar, me aterra la idea de que hoy solo sea yo… un yo lejos de un tú.
Qué injusto sentirse así, donde mi mente carcome mis pensamientos y nada, ya nada depende de mí…
¿Acaso todo ha cambiado? Que baje Dios y me lo explique… porque yo aún me aferro a lo que fuimos, mientras la vida me susurra que ya no somos.
Si todo cambió, ¿por qué mi corazón sigue esperando en el mismo lugar, fiel a una promesa que nunca dijiste en voz alta?
Tal vez el amor no se apaga de golpe, tal vez solo se muere en silencio, como nosotros.
Y aquí me quedo, abrazando un eco, mirando tus huellas borrarse en la arena, preguntándome si alguna vez fui tu hogar… o solo un pasajero en tu viaje.
“Sé que no tengo derecho a pedir nada,
solo quiero que no me odie.
El tiempo que comparto con ella,
para mí, de verdad significa mucho.”