martes, 24 de junio de 2025

EL DOLOR DE DECIR TU NOMBRE

Hay un vacío.
Uno que no solo duele...
uno que arranca el alma desde dentro,
que cala como aguja helada directo al corazón.

Un silencio que silba entre los restos de lo que fuimos,
y hace eco en mis costillas rotas,
como si el viento supiera que ahí
vivía tu nombre.

Tu nombre...
ese que repito en cada maldito segundo.
Ese que se escapa de mi boca
aunque juré que ya no quiero pronunciarlo.

—Odio este momento—

Lo odio, amor.
Porque me dejaste solo con lo peor de mí.

Me rompiste.
No sabes cuánto.
Lo hiciste con una sola oración.
Una sola.
“Es él.”

¿Sabes lo que hiciste?
Destruiste todo lo que era.
Convertiste a un ser humano en cenizas
sin siquiera mirar atrás.

Y te odio,
porque es lo único que me queda.

El odio se volvió mi abrigo cuando el amor comenzó a cortarme por dentro.
Es la única cosa que impide que corra a tus brazos,
que me humille otra vez,
que me arrastre por un poco más de tu calor.

—Te odio como nadie.
Porque te amé como nadie.—

¿Tan poco valía todo esto?
¿Tan insignificante fui,
que así tenía que acabar?

No tienes idea de cuántas madrugadas me encontraron
despierto,
vacío,
preguntándome en qué fallé.
Rasgándome la garganta en silencio,
para no gritar tu nombre.

Pero, ¿Qué importa, verdad?
¿Alguna vez te importó algo?
¿Me importaste tú a mí más de lo que debías importarte tú misma?
Tal vez.
Pero eso ya no cambia nada.

Una vez me llamaste “malo”.
Y si eso soy…
¿Qué eres tú, mi amor?

Al menos yo haré de este dolor una historia.
Al menos yo haré de esta ruina algo digno de contar,
porque solo así,
entre cenizas,
tal vez,
algún día,
podré dejar de amarte.

Aunque no sé si eso sea posible...

Te extraño.
Dios… te extraño tanto.

Pero no merecía esto.
No de ti.
Nunca de ti.

Así que cubriré mis lágrimas con una máscara,
y juro por todo lo que alguna vez sentí,
que jamás volverás a ver este amor desnudo.

Porque se necesita ser cruel —o estúpidamente ciego—
para destruir a la única persona
que habría quemado su mundo
solo para darte un poco más de luz.

Te amo.
Y te odio.
Y eso me está matando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario