sábado, 12 de julio de 2025

21:48 P.M.

Y en ese instante en que ya no existían las prendas.
En ese segundo en que sus latidos se sincronizaban con los míos.
En ese maldito momento en que sus piernas se enredaban con las mías.
En ese preciso punto donde besé su frente, me dije en silencio:
—El día que te vayas, me va a doler hasta el alma—.

Ese día... es hoy.

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