Entre más lo dañaba,
más estaba allí.
Entre más fuerte clavaba el puñal,
más fuerte me abrazaba.
Yo no sabía cómo actuar frente a su amor,
pero él me demostraba
que, por más fuerte que fuera mi mordida,
más fuerte eran los sentimientos que tenía por mí.
Tenía miedo.
No sabía lo que hacía.
Estaba asustada…
pero ese sentimiento me invadía.
Yo no lo busqué
Él llegó a mí.
Y me hizo entender:
necesitaba estar allí.
— por mí —
— por él —
No hay comentarios:
Publicar un comentario