Fushigi no Kuni wo samayotta
Libido - Bohemia - Placer - Lujuria - Demencia
domingo, 30 de septiembre de 2012
sábado, 29 de septiembre de 2012
viernes, 28 de septiembre de 2012
domingo, 23 de septiembre de 2012
miércoles, 19 de septiembre de 2012
lunes, 17 de septiembre de 2012
lunes, 10 de septiembre de 2012
domingo, 9 de septiembre de 2012
domingo, 2 de septiembre de 2012
AQuelarre
Uffffffffffff Janis Janis Janis; que haré contigo?
Cuando nos conocimos esa noche de febrero; sabíamos que acavariamos así.
Ahora estoy aquí... esperando; inquieto; veo la gente pasar de un lado para otro, nadie me habla, nadie me mira; Dios... que las horas pasen con velocidad.
No recuerdo donde estacione mi carro; pero eso ya no importa ahora, ni siquiera la sangre estampada a los asientos, ni la que mi camisa blanca aloja en este preciso momento.llevo mis palmas a los ojos y dejo caer mi cabeza sobre ellas.
Pero para describir este segundo debo regresar a esa noche en "El AQuelarre" uno de mis bares favoritos... donde la bohemia vomita de tanto gozar y las noches eternas duran días y días.
Lu (en realidad Luis) mi cantinero de siempre estrecha mi mano; me sonríe mirándome a los ojos y luego a mi ropa (siempre esperando que algún visitante olvide su chaqueta entre tanto beber y fumar).
- Lo de siempre Lu - digo mientras subo las escaleras de madera en dirección al privado que siempre suelo usar; olvidado y alejado. con una hermosa vista a las cambiantes calles de la ciudad.
- esta noche tienes visita . . . - intenta articular el hombre mientras me ve desaparecer por las escalas.
Mi sorpresa era enorme al ver una chica sentada donde suelo pasar la mayor parte de mis noches; la mire detalladamente; ojos oscuros, morena de pelo entrecortado, unos finos labios; aunque delineados de un fuerte rojo, su piel blanca iluminaba el rincón (ayudado claro por las series de velas encendidas, notable detalle del bar). Ella alzo la vista y me miro con misterio; todo sin dejar de sonreír. Con una de sus piernas expuestas por una pronunciada falda roja; movió delicadamente la silla que se encontraba cercana a mi; ofreciéndome el lugar.
- Janis.. o Jan, es un gusto... - dijo alzándome la mano desde el lugar donde se encontraba (claro; sin ponerse de pie. y sin lugar a duda; ese fue el gesto que me hizo sentir que no era como las demás) su tersa piel suave como seda, me hizo recordar extrañamente un paisaje olvidado en mi mente.
- Baltazar - dije haciendo honor al nombre de un demonio. ella por su parte alzo una ceja, me miro con dulzura y sonrió.
- No tienes porque esconderte bajo ese nombre; yo sé como te llamas en verdad - dijo mientras me soltaba la mano y daba un sorbo al "Absinthe"(un trago muy popular en el Aquelarre) que tenia a mano.
- Vaya vaya vaya... tenemos una espía muy guapa - dije esperando que delatara algo que me diera un indicio de su procedencia.
- la verdad es que . . . - guardo un silencio repentino al ver llegar a la camarera con mi trago. un "Black swan" (muy extraño para un varón; pero me atrae la sensualidad de su presentación y claro; el sabor)
- Bueno - dijo mientras prendía un cigarro extraños; de épocas mejores. - Como usted guste Don Baltazar .- sonrió
Bebí de mi trago eh intente mantener mi curiosidad a margen. La mire aun mas detenidamente; era bellisima; 26 o 27 años; incluso menos. una sonrisa limpia. La emoción y el miedo abrazaban mis sentidos; "quien seria este ángel de roja aura?"
- Soy la sombra de la Luna Llena -dijo mirando por la ventana a un punto en el horizonte; como si su vista se perdiera por completa del espacio y tiempo; todo en una milésima de segundo.
Sentí que mi alma era expulsada de mi cuerpo; como si un golpe atravesara mi pecho y destrullera todo lo que había creado; mi corazón se partió en pedazos y por un instante me sentí nuevamente como el joven de antaño: indefenso, perdido, solo. Trague saliva y perdí mis ojos en una de las velas.
"Es castigo de algún dios enfurecido, por haber enamorado a una de sus hijas; hasta la locura" murmure...
- Tranquilo - susurro mientras colocaba su mano sobre la mía, todo esto sin dejar de sonreír. - Los misterios de la vida son así - y comenzo a reír
Ese simple gesto me trajo nuevamente a tierra y sonreír disimulando; ya veía el parecido entre ellas, no quería desifrar esos misterios, pero me atraía lo que sucedía. intente retomar el control y audaz saque un cigarro de mi chaqueta y lo encendí contra una de las velas.
- Los misterios de la vida; están para ser desifrados; no para ser adorados - dije mientras jalaba una bocanada de humo. Mire por la ventana; el mundo brillaba nuevamente para mi; era yo nuevamente; el mundo es mio una vez mas.
- Eres como ella te describió, pomposo petulante - rio y en un abrir y cerrar de ojos; ella se encontraba atrás mio; pasando sus labios por mi cuello muy lentamente - nada vale; si no es deseado - susurro
- Solo lo amado es llorado - murmure mientras me colocaba de pie y me dirigí a la escalera.
- Y solo lo llorado es Valorado - dijo abrazándome por la espalda muy seriamente; deteniendo mi partida.
Después de eso bebimos noche tras noche siempre en el mismo bar; siempre en el mismo rincón, los mismos tragos una y otra vez. nada cambio por meses. Aprendí mucho de mi en ese tiempo y al mismo tiempo Aprendí de los errores; llores varias veces y ella me abofeteo unas cuantas más. Hablamos de amores perdidos y orgasmos mal habidos; reíamos de todo con el tiempo, nos volvimos complices de noches eternas; nos perdimos entre espejos rotos y mascaras trizadas.
hasta esta nefasta noche . . .
Tocaron muy tarde la puerta de mi casa; recuerdo el sonido de la lluvia y lo acelerado que estaba; preocupado, no entiendo porque imaginaba una mala noticia ( porque las malas noticias son las que se conocen primero). abrí con celeridad para descubrir a una embriagada Janis; una botella cuadrada de corcho en una de sus manos; y con la otra afirmada contra el marco de mi puerta; hacia azañas para mantenerse en pie.
- Me dejaras pasar? - dijo claramente perdida por el alcohol. mientras sus ropas empapadas daban a entender el largo paseo bajo la lluvia.
- Adelante. menuda sorpresa. - dije perplejo mientras encendía las luces. le mire con ternura; toda mojada - de fierro no eres - le reclame mientras caminaba a mi cuarto por la cubre cama; para que ella se abrigara.
Mi sorpresa fue al regresar con el cubre cama; vi a Janis desnuda sentada en medio de la sala; bebiendo de la botella; mirando por las blancas cortinas.
- No te parece hermosa? - murmuro ella
- el que ?- dije mientras le cubría los hombros
- La lluvia, tonto . . . la lluvia es hermosa; de pequeña decía que eran las lágrimas de los ángeles, mi peor decepción fue llegar a conocer como se forma la lluvia.- rió - pero como todo humano decidí creer lo que yo sentía . . . no te parece hermoso ? los ángeles están llorando - dijo sin despegar sus ojos de la ventana.
me senté al lado de ella; contemplando el espectáculo; el sonido fue un detalle, opacado por el sonido del agua precipitándose contra el suelo. cerré mis ojos y sentí que la sombra que yacía desnuda en mi sala; se tranformaba en un ángel . . . el ángel de las lágrimas.
- Te paresco atractiva? - pregunto sin mirarme
- claaaaro.. - tartamudeé. Y sin tener la guardia preparada Janis se abalanzo contra mi. Su cuerpo ardia, el cubre camas estaba demás; cada centímetro de su piel era cálido; como la mas atrevida hija del fuego.
Sus besos cargados de lujuria eran precisos; sabían lo que querían y lo buscaban sin descuido. Mis manos se perdieron en la larga espalda de ella; su cuerpo ahora canela por la oscuridad se ergia a mi voluntad, acoplándose a mis movimientos. Me empujo al suelo helado (bendito cubre camas donde fui a lanzarte ? ) y se monto sobre mi. No bacilo al quitarme el boxer que usaba para dormir y cojer entre sus manos mi sexo; como si siempre le hubiese pertenecido. cojiendo con fuerza uno de sus pechos lo acerque a mi boca lamiendo el néctar de sus rosados pezones. sus movimientos se hicieron pronunciados sobre una de mis piernas; ya cálida por tanto roce. Con sus dedos, cerro mis ojos; y acoplo su sexo al mio muy lentamente. alcé la vista para ver a mi compañera, y descubrir como llevaba su mano a su pecho y mordía los dedos de su mano libre. el baiben ignotico comenzó complice de nuestra lujuria.
lo siguiente que recuerdo son fragmentos de esta cituación; habíamos ya acavado de satisfacer todos nuestros deseos; cuando Janis pone mi mano sobre su pecho y murmura:
- Te daré el regalo mas grande que alguien puede darte - dice con toda calma
Por mi parte asentí con la cabeza; como si hubiese en ese momento tenido idea de lo que hablaba.
Cerré los ojos y lo único que recuerdo es a janis hablando sobre la manera para enterrar mi pasado y todas las amantes del haberno que pasaron por mi.
Luego la observo sentada en mis piernas . . . luego caminando en dirección a mi alcoba. Cierro los ojos . . .
Lo ultimo que recuerdo es acelerando por las calles de la ciudad; y presionando con fuerza la herida de Janis en su pecho; mis manos llenas de sangre por el vitae que brota desde su pecho.
- Resiste . . . Quedate conmigo ! ! ! . . . No te mueras . . . - gritaba a janis; que poco a poco cerraba sus ojos.
No recuerdo donde deje el carro; ni la sangre de los asientos; ni la que manchaba mis ropas; solo que deje a Janis en una camilla y veía como la gente corría alrededor de ella. Un joven alto cojio la camilla y con celeridad entro junto a varias personas en una habitación con un letrero de " no pasar ".
- Dios... Dios... que a sucedido...? - me repetía constantemente; mientras llevaba mis palmas a mis ojos y dejaba caer mi cabeza sobre ellas. me senté . . . el cansancio me ganaba; nada tenia sentido ahora. - Mierda; que sucedió - rugí.
Ahora estoy aquí... esperando; inquieto; veo la gente pasar de un lado para otro, nadie me habla, nadie me mira; Dios... que las horas pasen con velocidad. Necesito saber de ella. . . no podía esperar un minuto más; abrí la puerta de la habitación en la que ella había entrado. Y para mi sorpresa esta estaba vacía. Confundido sali a los pasillos buscando a alguien que me explicase que sucedió con Janis.
- Janis ! ! ! janis ! ! ! - grite por los pasillos; haciendo que la gente se volteara a ver que sucedía. una joven vestida de blanco se acerco a mi y me intento calmar.
- Señor tranquilo . . . tranquilo . . . a quien busca? - pregunto la mujer.
Intente calmarme por un segundo y comencé a articular las palabras a hablarle sobre Janis; preguntando por su estado; donde se encontraba; y su condición. Pero para mi sorpresa la joven no sabia información de ninguna Janis.
- La noche a estado muy tranquila; no entiendo a quien se refiere. - me miraba extrañada.
- A la joven que le pertenece la sangre que mancha mi ropa ! ! ! - grite preocupado por ella.
- Tranquilo . . . a que sangre se refiere usted ? - dijo la joven mientras abría los ojos por mi actitud.
Tome mi camisa blanca y cuando generaba el gesto de estirar las manchas rojas; estas no estaban . . .
sentí como el mundo me daba vuelta; por un minuto pensé en vomitar. -"Janis... Janis..."
murmuraba. la joven me tomo del brazo y solo sentí que vivía cuando ella grito a viva voz: - "Seguridad!!!!!" -
Corrí con las pocas fuerzas que sentía; y busque mi carro entre las filas estacionados.
mi búsquedas dio frutos al encontrar mi coche con las puertas abiertas y sin ninguna mancha de sangre. mire mis manos y no comprendia nada; -" ES UN SUEÑO...?" - me replique mil veces mientras conducía a toda velocidad a mi casa. Segundos me separaron de un accidente contra un camión repartidor; pero la muerte no me importaba; por lo menos; la mía.
Mi casa en igual condición que antes que tocasen la puerta ella. Nada sugería que alguien hubiese sufrido algún percance; ni siquiera indicios de una noche de sexo.
- Que sucede Dios mio? -
Los días continuaron de igual forma; Lu: mi cantinero, dice no haberme visto en meses, pensando incluso lo peor de mi. No pudo creer que yo lo estuve visitando casi todas las noches. todo se volvio confuso; la rutina tediosa; transcurren los días y cada vez siento que Janis nunca existió.
Un mes después; me encuentro nuevamente en el AQuelarre: sentado en el rincón mirando las frías y desoladas calles de la ciudad. Suspiro - Donde estas? - murmuro mientras enciendo un cigarro. Una de las meseras se acerca sin que yo la mire y pregunta si deseo beber algo mas. Yo aun con la mirada perdida observo por la ventana una figura acercarse a lo lejos; una joven vestida con un traje rojo como las llamas del infierno. el viento mece suavemente su cabello.
Cuando nos conocimos esa noche de febrero; sabíamos que acavariamos así.
Ahora estoy aquí... esperando; inquieto; veo la gente pasar de un lado para otro, nadie me habla, nadie me mira; Dios... que las horas pasen con velocidad.
No recuerdo donde estacione mi carro; pero eso ya no importa ahora, ni siquiera la sangre estampada a los asientos, ni la que mi camisa blanca aloja en este preciso momento.llevo mis palmas a los ojos y dejo caer mi cabeza sobre ellas.
Pero para describir este segundo debo regresar a esa noche en "El AQuelarre" uno de mis bares favoritos... donde la bohemia vomita de tanto gozar y las noches eternas duran días y días.
Lu (en realidad Luis) mi cantinero de siempre estrecha mi mano; me sonríe mirándome a los ojos y luego a mi ropa (siempre esperando que algún visitante olvide su chaqueta entre tanto beber y fumar).
- Lo de siempre Lu - digo mientras subo las escaleras de madera en dirección al privado que siempre suelo usar; olvidado y alejado. con una hermosa vista a las cambiantes calles de la ciudad.
- esta noche tienes visita . . . - intenta articular el hombre mientras me ve desaparecer por las escalas.
Mi sorpresa era enorme al ver una chica sentada donde suelo pasar la mayor parte de mis noches; la mire detalladamente; ojos oscuros, morena de pelo entrecortado, unos finos labios; aunque delineados de un fuerte rojo, su piel blanca iluminaba el rincón (ayudado claro por las series de velas encendidas, notable detalle del bar). Ella alzo la vista y me miro con misterio; todo sin dejar de sonreír. Con una de sus piernas expuestas por una pronunciada falda roja; movió delicadamente la silla que se encontraba cercana a mi; ofreciéndome el lugar.
- Janis.. o Jan, es un gusto... - dijo alzándome la mano desde el lugar donde se encontraba (claro; sin ponerse de pie. y sin lugar a duda; ese fue el gesto que me hizo sentir que no era como las demás) su tersa piel suave como seda, me hizo recordar extrañamente un paisaje olvidado en mi mente.
- Baltazar - dije haciendo honor al nombre de un demonio. ella por su parte alzo una ceja, me miro con dulzura y sonrió.
- No tienes porque esconderte bajo ese nombre; yo sé como te llamas en verdad - dijo mientras me soltaba la mano y daba un sorbo al "Absinthe"(un trago muy popular en el Aquelarre) que tenia a mano.
- Vaya vaya vaya... tenemos una espía muy guapa - dije esperando que delatara algo que me diera un indicio de su procedencia.
- la verdad es que . . . - guardo un silencio repentino al ver llegar a la camarera con mi trago. un "Black swan" (muy extraño para un varón; pero me atrae la sensualidad de su presentación y claro; el sabor)
- Bueno - dijo mientras prendía un cigarro extraños; de épocas mejores. - Como usted guste Don Baltazar .- sonrió
Bebí de mi trago eh intente mantener mi curiosidad a margen. La mire aun mas detenidamente; era bellisima; 26 o 27 años; incluso menos. una sonrisa limpia. La emoción y el miedo abrazaban mis sentidos; "quien seria este ángel de roja aura?"
- Soy la sombra de la Luna Llena -dijo mirando por la ventana a un punto en el horizonte; como si su vista se perdiera por completa del espacio y tiempo; todo en una milésima de segundo.
Sentí que mi alma era expulsada de mi cuerpo; como si un golpe atravesara mi pecho y destrullera todo lo que había creado; mi corazón se partió en pedazos y por un instante me sentí nuevamente como el joven de antaño: indefenso, perdido, solo. Trague saliva y perdí mis ojos en una de las velas.
"Es castigo de algún dios enfurecido, por haber enamorado a una de sus hijas; hasta la locura" murmure...
- Tranquilo - susurro mientras colocaba su mano sobre la mía, todo esto sin dejar de sonreír. - Los misterios de la vida son así - y comenzo a reír
Ese simple gesto me trajo nuevamente a tierra y sonreír disimulando; ya veía el parecido entre ellas, no quería desifrar esos misterios, pero me atraía lo que sucedía. intente retomar el control y audaz saque un cigarro de mi chaqueta y lo encendí contra una de las velas.
- Los misterios de la vida; están para ser desifrados; no para ser adorados - dije mientras jalaba una bocanada de humo. Mire por la ventana; el mundo brillaba nuevamente para mi; era yo nuevamente; el mundo es mio una vez mas.
- Eres como ella te describió, pomposo petulante - rio y en un abrir y cerrar de ojos; ella se encontraba atrás mio; pasando sus labios por mi cuello muy lentamente - nada vale; si no es deseado - susurro
- Solo lo amado es llorado - murmure mientras me colocaba de pie y me dirigí a la escalera.
- Y solo lo llorado es Valorado - dijo abrazándome por la espalda muy seriamente; deteniendo mi partida.
Después de eso bebimos noche tras noche siempre en el mismo bar; siempre en el mismo rincón, los mismos tragos una y otra vez. nada cambio por meses. Aprendí mucho de mi en ese tiempo y al mismo tiempo Aprendí de los errores; llores varias veces y ella me abofeteo unas cuantas más. Hablamos de amores perdidos y orgasmos mal habidos; reíamos de todo con el tiempo, nos volvimos complices de noches eternas; nos perdimos entre espejos rotos y mascaras trizadas.
hasta esta nefasta noche . . .
Tocaron muy tarde la puerta de mi casa; recuerdo el sonido de la lluvia y lo acelerado que estaba; preocupado, no entiendo porque imaginaba una mala noticia ( porque las malas noticias son las que se conocen primero). abrí con celeridad para descubrir a una embriagada Janis; una botella cuadrada de corcho en una de sus manos; y con la otra afirmada contra el marco de mi puerta; hacia azañas para mantenerse en pie.
- Me dejaras pasar? - dijo claramente perdida por el alcohol. mientras sus ropas empapadas daban a entender el largo paseo bajo la lluvia.
- Adelante. menuda sorpresa. - dije perplejo mientras encendía las luces. le mire con ternura; toda mojada - de fierro no eres - le reclame mientras caminaba a mi cuarto por la cubre cama; para que ella se abrigara.
Mi sorpresa fue al regresar con el cubre cama; vi a Janis desnuda sentada en medio de la sala; bebiendo de la botella; mirando por las blancas cortinas.
- No te parece hermosa? - murmuro ella
- el que ?- dije mientras le cubría los hombros
- La lluvia, tonto . . . la lluvia es hermosa; de pequeña decía que eran las lágrimas de los ángeles, mi peor decepción fue llegar a conocer como se forma la lluvia.- rió - pero como todo humano decidí creer lo que yo sentía . . . no te parece hermoso ? los ángeles están llorando - dijo sin despegar sus ojos de la ventana.
me senté al lado de ella; contemplando el espectáculo; el sonido fue un detalle, opacado por el sonido del agua precipitándose contra el suelo. cerré mis ojos y sentí que la sombra que yacía desnuda en mi sala; se tranformaba en un ángel . . . el ángel de las lágrimas.
- Te paresco atractiva? - pregunto sin mirarme
- claaaaro.. - tartamudeé. Y sin tener la guardia preparada Janis se abalanzo contra mi. Su cuerpo ardia, el cubre camas estaba demás; cada centímetro de su piel era cálido; como la mas atrevida hija del fuego.
Sus besos cargados de lujuria eran precisos; sabían lo que querían y lo buscaban sin descuido. Mis manos se perdieron en la larga espalda de ella; su cuerpo ahora canela por la oscuridad se ergia a mi voluntad, acoplándose a mis movimientos. Me empujo al suelo helado (bendito cubre camas donde fui a lanzarte ? ) y se monto sobre mi. No bacilo al quitarme el boxer que usaba para dormir y cojer entre sus manos mi sexo; como si siempre le hubiese pertenecido. cojiendo con fuerza uno de sus pechos lo acerque a mi boca lamiendo el néctar de sus rosados pezones. sus movimientos se hicieron pronunciados sobre una de mis piernas; ya cálida por tanto roce. Con sus dedos, cerro mis ojos; y acoplo su sexo al mio muy lentamente. alcé la vista para ver a mi compañera, y descubrir como llevaba su mano a su pecho y mordía los dedos de su mano libre. el baiben ignotico comenzó complice de nuestra lujuria.
lo siguiente que recuerdo son fragmentos de esta cituación; habíamos ya acavado de satisfacer todos nuestros deseos; cuando Janis pone mi mano sobre su pecho y murmura:
- Te daré el regalo mas grande que alguien puede darte - dice con toda calma
Por mi parte asentí con la cabeza; como si hubiese en ese momento tenido idea de lo que hablaba.
Cerré los ojos y lo único que recuerdo es a janis hablando sobre la manera para enterrar mi pasado y todas las amantes del haberno que pasaron por mi.
Luego la observo sentada en mis piernas . . . luego caminando en dirección a mi alcoba. Cierro los ojos . . .
Lo ultimo que recuerdo es acelerando por las calles de la ciudad; y presionando con fuerza la herida de Janis en su pecho; mis manos llenas de sangre por el vitae que brota desde su pecho.
- Resiste . . . Quedate conmigo ! ! ! . . . No te mueras . . . - gritaba a janis; que poco a poco cerraba sus ojos.
No recuerdo donde deje el carro; ni la sangre de los asientos; ni la que manchaba mis ropas; solo que deje a Janis en una camilla y veía como la gente corría alrededor de ella. Un joven alto cojio la camilla y con celeridad entro junto a varias personas en una habitación con un letrero de " no pasar ".
- Dios... Dios... que a sucedido...? - me repetía constantemente; mientras llevaba mis palmas a mis ojos y dejaba caer mi cabeza sobre ellas. me senté . . . el cansancio me ganaba; nada tenia sentido ahora. - Mierda; que sucedió - rugí.
Ahora estoy aquí... esperando; inquieto; veo la gente pasar de un lado para otro, nadie me habla, nadie me mira; Dios... que las horas pasen con velocidad. Necesito saber de ella. . . no podía esperar un minuto más; abrí la puerta de la habitación en la que ella había entrado. Y para mi sorpresa esta estaba vacía. Confundido sali a los pasillos buscando a alguien que me explicase que sucedió con Janis.
- Janis ! ! ! janis ! ! ! - grite por los pasillos; haciendo que la gente se volteara a ver que sucedía. una joven vestida de blanco se acerco a mi y me intento calmar.
- Señor tranquilo . . . tranquilo . . . a quien busca? - pregunto la mujer.
Intente calmarme por un segundo y comencé a articular las palabras a hablarle sobre Janis; preguntando por su estado; donde se encontraba; y su condición. Pero para mi sorpresa la joven no sabia información de ninguna Janis.
- La noche a estado muy tranquila; no entiendo a quien se refiere. - me miraba extrañada.
- A la joven que le pertenece la sangre que mancha mi ropa ! ! ! - grite preocupado por ella.
- Tranquilo . . . a que sangre se refiere usted ? - dijo la joven mientras abría los ojos por mi actitud.
Tome mi camisa blanca y cuando generaba el gesto de estirar las manchas rojas; estas no estaban . . .
sentí como el mundo me daba vuelta; por un minuto pensé en vomitar. -"Janis... Janis..."
murmuraba. la joven me tomo del brazo y solo sentí que vivía cuando ella grito a viva voz: - "Seguridad!!!!!" -
Corrí con las pocas fuerzas que sentía; y busque mi carro entre las filas estacionados.
mi búsquedas dio frutos al encontrar mi coche con las puertas abiertas y sin ninguna mancha de sangre. mire mis manos y no comprendia nada; -" ES UN SUEÑO...?" - me replique mil veces mientras conducía a toda velocidad a mi casa. Segundos me separaron de un accidente contra un camión repartidor; pero la muerte no me importaba; por lo menos; la mía.
Mi casa en igual condición que antes que tocasen la puerta ella. Nada sugería que alguien hubiese sufrido algún percance; ni siquiera indicios de una noche de sexo.
- Que sucede Dios mio? -
Los días continuaron de igual forma; Lu: mi cantinero, dice no haberme visto en meses, pensando incluso lo peor de mi. No pudo creer que yo lo estuve visitando casi todas las noches. todo se volvio confuso; la rutina tediosa; transcurren los días y cada vez siento que Janis nunca existió.
Un mes después; me encuentro nuevamente en el AQuelarre: sentado en el rincón mirando las frías y desoladas calles de la ciudad. Suspiro - Donde estas? - murmuro mientras enciendo un cigarro. Una de las meseras se acerca sin que yo la mire y pregunta si deseo beber algo mas. Yo aun con la mirada perdida observo por la ventana una figura acercarse a lo lejos; una joven vestida con un traje rojo como las llamas del infierno. el viento mece suavemente su cabello.
- Si quiero dos tragos mas; "Absinthe y Black Swan" por favor - sonrió y cierro los ojos, esperando la dulce compañía . . .
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