domingo, 2 de septiembre de 2012

AQuelarre

Uffffffffffff Janis Janis Janis; que haré contigo?

Cuando nos conocimos esa noche de febrero; sabíamos que acavariamos así.
Ahora estoy aquí... esperando; inquieto; veo la gente pasar de un lado para otro, nadie me habla, nadie me mira; Dios... que las horas pasen con velocidad.
No recuerdo donde estacione mi carro; pero eso ya no importa ahora, ni siquiera la sangre estampada a los asientos, ni la que mi camisa blanca aloja en este preciso momento.llevo mis palmas a los ojos y dejo caer mi cabeza sobre ellas.
Pero para describir este segundo debo regresar a esa noche en  "El AQuelarre" uno de mis bares favoritos... donde la bohemia vomita de tanto gozar y las noches eternas duran días y días.
Lu (en realidad Luis) mi cantinero de siempre estrecha mi mano; me sonríe mirándome a los ojos y luego a mi ropa (siempre esperando que algún visitante olvide su chaqueta entre tanto beber y fumar).

- Lo de siempre Lu - digo mientras subo las escaleras de madera en dirección al privado que siempre suelo usar; olvidado y alejado. con una hermosa vista a las cambiantes calles de la ciudad.
- esta noche tienes visita . . . - intenta articular el hombre mientras me ve desaparecer por las escalas.

Mi sorpresa era enorme al ver una chica sentada donde suelo pasar la mayor parte de mis noches; la mire detalladamente; ojos oscuros, morena de pelo entrecortado, unos finos labios; aunque delineados de un fuerte rojo, su piel blanca iluminaba el rincón (ayudado claro por las series de velas encendidas, notable detalle del bar). Ella alzo la vista y me miro con misterio; todo sin dejar de sonreír. Con una de sus piernas expuestas por una pronunciada falda roja; movió delicadamente la silla que se encontraba cercana a mi; ofreciéndome el lugar.

- Janis.. o Jan, es un gusto... - dijo alzándome la mano desde el lugar donde se encontraba (claro; sin ponerse de pie. y sin lugar a duda; ese fue el gesto que me hizo sentir que no era como las demás) su tersa piel suave como seda, me hizo recordar extrañamente un paisaje olvidado en mi mente.
- Baltazar - dije haciendo honor al nombre de un demonio. ella por su parte alzo una ceja, me miro con dulzura y sonrió.
- No tienes porque esconderte bajo ese nombre; yo sé como te llamas en verdad - dijo mientras me soltaba la mano y daba un sorbo al "Absinthe"(un trago muy popular en el Aquelarre) que tenia a mano.
- Vaya vaya vaya... tenemos una espía muy guapa - dije esperando que delatara algo que me diera un indicio de su procedencia.
- la verdad es que . . . - guardo un silencio repentino al ver llegar a la camarera con mi trago. un "Black swan" (muy extraño para un varón; pero me atrae la sensualidad de su presentación y claro; el sabor)
- Bueno - dijo mientras prendía un cigarro extraños; de épocas mejores. - Como usted guste Don Baltazar .-  sonrió

Bebí de mi trago eh intente mantener mi curiosidad a margen. La mire aun mas detenidamente; era bellisima; 26 o 27 años; incluso menos. una sonrisa limpia. La emoción y el miedo abrazaban mis sentidos; "quien seria este ángel de roja aura?"

- Soy la sombra de la Luna Llena -dijo mirando por la ventana  a un punto en el horizonte; como si su vista se perdiera por completa del espacio y tiempo; todo en una milésima de segundo.

Sentí que mi alma era expulsada de mi cuerpo; como si un golpe atravesara mi pecho y destrullera todo lo que había creado; mi corazón se partió en pedazos y por un instante me sentí nuevamente como el joven de antaño: indefenso, perdido, solo. Trague saliva y perdí mis ojos en una de las velas.
"Es castigo de algún dios enfurecido, por haber enamorado a una de sus hijas; hasta la locura" murmure...

- Tranquilo - susurro mientras colocaba su mano sobre la mía, todo esto sin dejar de sonreír. - Los misterios de la vida son así - y comenzo a reír

Ese simple gesto me trajo nuevamente a tierra y sonreír disimulando; ya veía el parecido entre ellas, no quería desifrar esos misterios, pero me atraía lo que sucedía. intente retomar el control y audaz saque un cigarro de mi chaqueta y lo encendí contra una de las velas.

- Los misterios de la vida; están para ser desifrados; no para ser adorados - dije mientras jalaba una bocanada de humo. Mire por la ventana; el mundo brillaba nuevamente para mi; era yo nuevamente; el mundo es mio una vez mas.
- Eres como ella te describió, pomposo petulante - rio y en un abrir y cerrar de ojos; ella se encontraba atrás mio; pasando sus labios por mi cuello muy lentamente - nada vale; si no es deseado - susurro
- Solo lo amado es llorado - murmure mientras me colocaba de pie y me dirigí a la escalera.
- Y solo lo llorado es Valorado - dijo abrazándome por la espalda muy seriamente; deteniendo mi partida.

Después de eso bebimos noche tras noche siempre en el mismo bar; siempre en el mismo rincón, los mismos tragos una y otra vez. nada cambio por meses. Aprendí mucho de mi en ese tiempo y al mismo tiempo Aprendí de los errores; llores varias veces y ella me abofeteo unas cuantas más. Hablamos de amores perdidos y orgasmos mal habidos; reíamos de todo con el tiempo, nos volvimos complices de noches eternas; nos perdimos entre espejos rotos y mascaras trizadas.
hasta esta nefasta noche . . .

Tocaron muy tarde la puerta de mi casa; recuerdo el sonido de la lluvia y lo acelerado que estaba; preocupado, no entiendo porque imaginaba una mala noticia ( porque las malas noticias son las que se conocen primero). abrí con celeridad para descubrir a una embriagada Janis; una botella cuadrada de corcho en una de sus manos; y con la otra afirmada contra el marco de mi puerta; hacia azañas para mantenerse en pie.
- Me dejaras pasar? - dijo claramente perdida por el alcohol. mientras sus ropas empapadas daban a entender el largo paseo bajo la lluvia.
- Adelante. menuda sorpresa. - dije perplejo mientras encendía las luces. le mire con ternura; toda mojada - de fierro no eres - le reclame mientras caminaba a mi cuarto por la cubre cama; para que ella se abrigara.

Mi sorpresa fue al regresar con el cubre cama; vi a Janis desnuda sentada en medio de la sala; bebiendo de la botella; mirando por las blancas cortinas.
- No te parece hermosa? - murmuro ella
- el que ?- dije mientras le cubría los hombros
- La lluvia, tonto . . . la lluvia es hermosa; de pequeña decía que eran las lágrimas de los ángeles, mi peor decepción fue llegar a conocer como se forma la lluvia.- rió - pero como todo humano decidí creer lo que yo sentía . . . no te parece hermoso ? los ángeles están llorando - dijo sin despegar sus ojos de la ventana.

me senté al lado de ella; contemplando el espectáculo; el sonido fue un detalle, opacado por el sonido del agua precipitándose contra el suelo. cerré mis ojos y sentí que la sombra que yacía desnuda en mi sala; se tranformaba en un ángel . . . el ángel de las lágrimas.

- Te paresco atractiva? - pregunto sin mirarme
- claaaaro.. - tartamudeé. Y sin tener la guardia preparada Janis se abalanzo contra mi. Su cuerpo ardia, el cubre camas estaba demás; cada centímetro de su piel era cálido; como la mas atrevida hija del fuego.

Sus besos cargados de lujuria eran precisos; sabían lo que querían y lo buscaban sin descuido. Mis manos se perdieron en la larga espalda de ella; su cuerpo ahora canela por la oscuridad se ergia a mi voluntad, acoplándose a mis movimientos. Me empujo al suelo helado (bendito cubre camas donde fui a lanzarte ? ) y se monto sobre mi. No bacilo al quitarme el boxer que usaba para dormir y cojer entre sus manos mi sexo; como si siempre le hubiese pertenecido. cojiendo con fuerza uno de sus pechos lo acerque a mi boca lamiendo el néctar de sus rosados pezones. sus movimientos se hicieron pronunciados sobre una de mis piernas; ya cálida por tanto roce. Con sus dedos, cerro mis ojos; y acoplo su sexo al mio muy lentamente. alcé la vista para ver a mi compañera, y descubrir como llevaba su mano a su pecho y mordía los dedos de su mano libre. el baiben ignotico comenzó complice de nuestra lujuria.

lo siguiente que recuerdo son fragmentos de esta cituación; habíamos ya acavado de satisfacer todos nuestros deseos; cuando Janis pone mi mano sobre su pecho y murmura:
- Te daré el regalo mas grande que alguien puede darte - dice con toda calma

Por mi parte asentí con la cabeza; como si hubiese en ese momento tenido idea de lo que hablaba.
Cerré los ojos y lo único que recuerdo es a janis hablando sobre la manera para enterrar mi pasado y todas las amantes del haberno que pasaron por mi.
Luego la observo sentada en mis piernas . . . luego caminando en dirección a mi alcoba. Cierro los ojos . . .

Lo ultimo que recuerdo es acelerando por las calles de la ciudad; y presionando con fuerza la herida de Janis en su pecho; mis manos llenas de sangre por el vitae que brota desde su pecho.
- Resiste . . . Quedate conmigo ! ! ! . . . No te mueras . . . - gritaba a janis; que poco a poco cerraba sus ojos.

No recuerdo donde deje el carro; ni la sangre de los asientos; ni la que manchaba mis ropas; solo que deje a Janis en una camilla y veía como la gente corría alrededor de ella. Un joven alto cojio la camilla y con celeridad entro junto a varias personas en una habitación con un letrero de " no pasar ".

- Dios... Dios... que a sucedido...? -  me repetía constantemente; mientras llevaba mis palmas a mis ojos y dejaba caer mi cabeza sobre ellas. me senté . . . el cansancio me ganaba; nada tenia sentido ahora. - Mierda; que sucedió - rugí.

Ahora estoy aquí... esperando; inquieto; veo la gente pasar de un lado para otro, nadie me habla, nadie me mira; Dios... que las horas pasen con velocidad. Necesito saber de ella. . . no podía esperar un minuto más; abrí la puerta de la habitación en la que ella había entrado. Y para mi sorpresa esta estaba vacía. Confundido sali a los pasillos buscando a alguien que me explicase que sucedió con Janis.

- Janis ! ! ! janis ! ! ! - grite por los pasillos; haciendo que la gente se volteara a ver que sucedía. una joven vestida de blanco se acerco a mi y me intento calmar.
- Señor tranquilo . . . tranquilo . . . a quien busca? - pregunto la mujer.

Intente calmarme por un segundo y comencé a articular las palabras a hablarle sobre Janis; preguntando por su estado; donde se encontraba; y su condición. Pero para mi sorpresa la joven no sabia información de ninguna Janis.
- La noche a estado muy tranquila; no entiendo a quien se refiere. - me miraba extrañada.
- A la joven que le pertenece la sangre que mancha mi ropa ! ! ! - grite preocupado por ella.
- Tranquilo . . . a que sangre se refiere usted ? - dijo la joven mientras abría los ojos por mi actitud.

Tome mi camisa blanca y cuando generaba el gesto de estirar las manchas rojas; estas no estaban . . . 
sentí como el mundo me daba vuelta; por un minuto pensé en vomitar. -"Janis... Janis..."
 murmuraba. la joven me tomo del brazo y solo sentí que vivía cuando ella grito a viva voz:                 - "Seguridad!!!!!" -

Corrí con las pocas fuerzas que sentía; y busque mi carro entre las filas estacionados.
mi búsquedas dio frutos al encontrar mi coche con las puertas abiertas y sin ninguna mancha de sangre. mire mis manos y no comprendia nada; -" ES UN SUEÑO...?" -  me replique mil veces mientras conducía a toda velocidad a mi casa. Segundos me separaron de un accidente contra un camión repartidor; pero la muerte no me importaba; por lo menos; la mía.
Mi casa en igual condición que antes que tocasen la puerta ella. Nada sugería que alguien hubiese sufrido algún percance; ni siquiera indicios de una noche de sexo.
- Que sucede Dios mio? -

Los días continuaron de igual forma; Lu: mi cantinero, dice no haberme visto en meses, pensando incluso lo peor de mi. No pudo creer que yo lo estuve visitando casi todas las noches. todo se volvio confuso; la rutina tediosa; transcurren los días y cada vez siento que Janis nunca existió.

Un mes después; me encuentro nuevamente en el AQuelarre: sentado en el rincón mirando las frías y desoladas calles de la ciudad. Suspiro - Donde estas? - murmuro mientras enciendo un cigarro.            Una de las meseras se acerca sin que yo la mire y pregunta si deseo beber algo mas. Yo aun con la mirada perdida observo por la ventana una figura acercarse a lo lejos; una joven vestida con un traje rojo como las llamas del infierno. el viento mece suavemente su cabello.

- Si quiero dos tragos mas; "Absinthe y Black Swan" por favor - sonrió y cierro los ojos, esperando la dulce compañía  . . .