jueves, 28 de agosto de 2014

Complices.



Puede ser que la vida no me haya dado branquias para vivir bajo el mar; pero en sus profundidades te he escrito textos que ni el mismo Poseidón en un momento concibió.
Puede que la vida no me haya entregado en primer momento alas para surcar tus cielos; pero tras el sol te e deslumbrado con las sinfonías del corazón.
Puede que la vida no me quisiera dar dientes y garras; pero con mi alma he defendido estos sentimientos mas ya no poder.
Nadie en esta vida obtiene lo que desea en primera instancia; mas yo con mis ansias de amarte e vivido mil noches bajo el filo de la navaja; tramando y gritando la manera de amarte en el mas recóndito vidrial del yugo de mi torturada existencia.
La vida no me dio branquias; pero si la bondad de hundirme mas y mas en esta pasión; en el océano de tus pasiones.
La vida no me entrego alas. Pero si tomado de tu mano e alcanzado tocar las estrellas y amar la luna noche a noche.
Nadie en esta vida obtiene lo que desea en primera instancia; mas mi perseverancia me a llevado a infinitas luchas donde con mi prosa inmortal y esta garra plutónica he atravesado mil gargantas y millar de escudos.
Si pudiese ver atreves de mi un segundo podría hablar sobre las ruinas que atesora el vergel de mi alma, puesto que  son la viva imagen del reflejo que genero tras ver tus ojos, y saber; que todo esto es verdad; que todo esto es un dogma, santo e inmaculado; es el tesoro más grande que puedo regalarte. Donde los llantos del corazón se cuentan desde el primer instante en que tus ojos se volvieron uno con los míos.
Aun tengo el poder de sonrojar tu rostro; aun tengo el poder de erizar cada bello de tu cuerpo, de seducir tu piel y hacer que todo en tu cabeza de vueltas. Aun soy capaz de tomar tus manos y entrelazar tus dedos a los míos; cual fuese un dueto de serpientes dibujando un rito ancestral.
No podre alcanzar tu Edén si no traspaso la barrera de fuego, si las tormentas y las espadas no se opacan en el acto; pero aun así cada segundo, cada momento, cada recóndito y vibrante movimiento es el deseo más ferviente que anhela mi corazón.
Como seducir lo que siente el corazón y al mismo tiempo acallar los sentidos.
“Por favor deja de mover tus piernas, porque de verdad; no respondo…” 


jueves, 14 de agosto de 2014

Ecuaciones

67 + 45A -7A + 18A = 45

Me salvaste la vida.
Quien dijo que no podía beber a costa de las matemáticas?
Benditos ebrios... Benditos!.