miércoles, 22 de agosto de 2018

Cantares de la Sucubbus - Sonet Perditionem -

cuando abrí los ojos lo único que lo sentía era el carmesí brotar de mis labios, al principio pensé en que la noche era la dueña del tiempo, pero solo era la obscuridad haciendome compañía. 
mis manos siguen atadas. abre perdido el conocimiento ? realmente no me quejo, dios tiene que odiarme mucho para tener que dejar en mi paso una alma tan de retorcida que la mía. gracias doy.

mas cuando la busco en la habitación, solo son sombras danzando. sé que está aquí, oigo su risa entre la penumbra, sé que esta aquí, su perfume rompe el vació, mientras siento un cosquilleo en mi piel. 

estoy de pie. mis manos alzadas se encuentran atadas a una gruesa cadena al techo de la habitación. siento un frió que recorre mi espalda. la sangre aun sigue en mis labios. ese carmesí en lo único cálido en este momento.

de pronto entre las sombras, una luz invade la habitación... es ella.
su figura se dibuja en las sombras, como si se adueñara de todo. solo puedo concentrarme en sus provocadores pasos, en dirección mía. 
mi mirada se pierde en su cuerpo. recorriendo cada centímetro de su piel. desearía tanto tener libre mis manos para poder sentirle al tacto, como son sus gemidos al apretarle fuerte contra mi.

termina por estar frente a mi. ahora logro verle mejor. muy pocas prendas cubren su cuerpo; apenas si un liguero y medias moradas , tacones altos. es todo lo que necesita tener sobre ella para que mis deseos mas mundanos afloren a cada instante.

acerca su cuerpo al mio, apegando su rostro. respirando por la boca, como si jadeara de libido acumulado. siente la necesidad de tomar mi cuello y lamer mi piel como si fuese de su propiedad. tiendo a cerrar los ojos. intento contener el deseo...

- dime tu nombre - murmure apretando los dientes...
ella lamiendo mi torso desnudo, alza su rostro mirándome fijamente a los ojos. y mientras desliza sus dedos por mi sexo, aprieta su mano con fuerza en el y dice mientras muerde sus labios - Sagrado -  

como si fuese un dueto de serpientes una de sus piernas se entrelaza a la mía. su mirada lujuriosa, su sonrisa de niña caprichosa, sus dedos jalando de mi cabello. todo me da a entender que soy un juego para ella. mientras gira a mi alrededor. 
- deseo... deseo... deseo...- murmura en suspiros desesperados mientras me abraza por la espalda y frota sus pechos desnudos contra mi. su tenza piel no me engañaba al decir cuanto ella disfrutaba de esto. mas ahora sus manos se alzaban a mis cadenas...
- has sido un lobo malo- murmura mientras muerde la comisura de sus labios. -tendré que castigarte- dice, mientras afloja mis nudos...
de manera instintiva me abalance sobre ella, cayendo ambos al suelo. mis movimientos eran rápidos y certeros. mi objetivo era claro. quería poseerla, quería que gimiera a la luz de la luna como la demonio que era. quera que se hiciera dueña de todo lo que su lengua tocara.
pero al parecer ella pensaba lo mismo o peor, pues ágilmente ya se encontraba sobre mi. ahora era yo quien caía en sus garras.

mas aun cuando con su mano aferraba mi sexo con fuerza y desprendiéndose de sus prendas moradas lo guiaba al suyo. primero solo un roce, como si pintase un lienzo. luego con fuerza y violencia, como si atravesase un alma.
Dios. 
nadie podría describir lo sucedido después. un océano de lujuria se desbordo apenas pude beber del néctar que brotaba de sus piernas, ahora aferradas a mi cuello. 
contraía rápidamente su cuerpo, cada vez mas a prisa, cuando mi cadera chocaba a la suya. golpeaba con rabia, con ira, con placer sus nalgas, quería todo de ella. quería compartir su dolor y su desenfreno.

desesperadamente girábamos de postura en postura. abusando de todos nuestros sentidos. sobre exitando nuestro cuerpo al punto del dolor. sus manos se volvieron cadenas para mi cuerpo y aprisiono cada rincon de este. 
mi espalda reposo en el suelo mientras su figura se alzaba a la mia. ya sobre mi, sus movimientos fueron el vaiven mas ignotico que puedo recordar. mas sus gemidos quedaron aferrados a mis recuerdos. 

-te deseo- fue lo ultimo que dijo antes de besar mis labios. y salir de la habitación. no sin antes atarme nuevamente como su inccubo personal. porque para ella yo soy un juego. un juego del cual deseo que nunca se aburra de usar.

-Sagrado- dijo llamarse....