lunes, 12 de septiembre de 2016

viernes, 9 de septiembre de 2016

Save a Prayen Thirty-three (Part. 1)

Entonces la portadora de luz se perdió entre brasas y murmuros ilegibles, se perdió entre sonetos olvidados y ritos paganos, simplemente desapareció entre danzas macabras y gemidos fingidos. Cualquiera sea el espectador que viese tal acto, probablemente quedase perplejo al ver cuan desperdicio de acción y momentun pues entre pisada y pisada sus pies de humos junto a sus pupilas lejanas se hallasen a cientos de kilómetros; también perdidos, en rios de incoherente gris material, pero para ella lo que era el santo grial, para nosotros los espectadores simplemente eran desperdicios de aire caliente. el cual dentro de un globo pudiese tener función mas en nada mas, pues cada acto "del globo" era nada mas que una burla a la comunión que ahora comenzaba a emerger desde las profundidades del Yo mutuo.
pero no nos olvidemos de la portadora de luz, que ahora es solo una silueta en la tangencia de la mente, y entre mas nos esforzamos por deslumbrar, con mayor fuerza aparece el sentido de la autoconservación del ser, y tendemos a dejarla morir entre sus cumbres de barro putrefacto, porque aunque no tengo nada contra la gente de barro -al igual que de antaño ser- este lodo que ahora habita en las cumbres, es el mismo lodo que coge a sus presas y las ahoga entre dudas y miedos. de ahi el porque e repudio por caminar por dicho sendero.no por miedo. sino por asco.
preferiría perderme en mar. en cielo que en tierra; llenar de dudas el alma, atravesar el ser con caprichos y devorar el sentido con fríos trazos color atardecer.
esto ha dejado de ser divertido, esto ha dejado de tener color, esto ha dejado de tener sentido. la vida ha regalado sus atributos al primer payaso parado en una pata. Y el alma... el alma ya no.