Puede ser que la vida no me haya dado branquias para vivir
bajo el mar; pero en sus profundidades te he escrito textos que ni el mismo Poseidón
en un momento concibió.
Puede que la vida no me haya entregado en primer momento
alas para surcar tus cielos; pero tras el sol te e deslumbrado con las
sinfonías del corazón.
Puede que la vida no me quisiera dar dientes y garras; pero
con mi alma he defendido estos sentimientos mas ya no poder.
Nadie en esta vida obtiene lo que desea en primera
instancia; mas yo con mis ansias de amarte e vivido mil noches bajo el filo de
la navaja; tramando y gritando la manera de amarte en el mas recóndito vidrial
del yugo de mi torturada existencia.
La vida no me dio branquias; pero si la bondad de hundirme
mas y mas en esta pasión; en el océano de tus pasiones.
La vida no me entrego alas. Pero si tomado de tu mano e
alcanzado tocar las estrellas y amar la luna noche a noche.
Nadie en esta vida obtiene lo que desea en primera
instancia; mas mi perseverancia me a llevado a infinitas luchas donde con mi prosa
inmortal y esta garra plutónica he atravesado mil gargantas y millar de
escudos.
Si pudiese ver atreves de mi un segundo podría hablar sobre
las ruinas que atesora el vergel de mi alma, puesto que son la viva imagen del reflejo que genero tras
ver tus ojos, y saber; que todo esto es verdad; que todo esto es un dogma,
santo e inmaculado; es el tesoro más grande que puedo regalarte. Donde los
llantos del corazón se cuentan desde el primer instante en que tus ojos se
volvieron uno con los míos.
Aun tengo el poder de sonrojar tu rostro; aun tengo el poder
de erizar cada bello de tu cuerpo, de seducir tu piel y hacer que todo en tu
cabeza de vueltas. Aun soy capaz de tomar tus manos y entrelazar tus dedos a
los míos; cual fuese un dueto de serpientes dibujando un rito ancestral.
No podre alcanzar tu Edén si no traspaso la barrera de
fuego, si las tormentas y las espadas no se opacan en el acto; pero aun así
cada segundo, cada momento, cada recóndito y vibrante movimiento es el deseo más
ferviente que anhela mi corazón.
Como seducir lo que siente el corazón y al mismo tiempo
acallar los sentidos.
“Por favor deja de mover tus piernas, porque de verdad; no
respondo…”
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