Alados y condenados (en dedicación a mi hermana)

y se precipita al árido suelo cuanto mas fuerza utiliza para mantener el alzar, mas sigue en sus intentos y se lanza al abismo pensando que entre mas alto caída, mas lejos sera su volar. sus azules alas solo encierran azules tesoros, mas cuando prenda el vuelo se teñirán de nubes de locura, cuando comprenda que no se vuela sobre el mundo sino que sobre nosotros mismo.
Me causa gracia, ver sus luces, me divierte escuchar una mascara más en mi camino y como se jacta de ella, de su hongo en la bombilla y su pies de acero, sonrió con su voz ruda cada innatural, con su figura atolondrada con sus brazos rectos, sus dedos melodioso en los que una daga empuñara.
Como las sombras se tragaron sus ojos y tuve que cederle de vidrio para que no sintiera el frió entrar por sus cercenadas cuencas vacía. muchos viviremos siempre en la tormenta; y las cálidas brisas solo serán recuerdos en nuestras mentes. pero tu . . . tu vivirás siempre sobre ella. vamos hermana, aprende a volar