domingo, 14 de junio de 2015

- Eco Inmortal

En una de esas noches plutónicas llegó a mi Pandora, una estrella perdida en un mar de sombras, una luz calidad y resonante en una sin fin de umbra.
Cada gesto, cada movimiento, cada sutil mirada era una completa invitación a rozar sus dedos, una armonía perfecta, un latido cálido acompañado de una suave melodía que embelesaba el alma.
Una mirada perdida en el cielo, unos ojos que reflejan la luna, unos labios que llaman en silencio; una atmósfera de placer oculta, de delirio mutuo, de capricho extinto, de prohibido y deseado. Si, así era Pandora. Una dulce tentación, una roza negra en un mar de rojo carmesí.
Durante inmortales noches, dedico su tiempo a bailar descalza, atrayendo cada vez mas y mas mis sentidos, dedico sus alientos, sus suspiros sus susurro a atraer su boca a la mía. y lo consiguió.

Durante años nunca pensé en caer tan rápido frente a una flor. Pero es mejor decir que nunca beberás de ese néctar, porque las noches son largas y la sed genera estrago en los caminantes.

Incluso ahora, espero sentir nuevamente ese dueto de serpientes que son sus piernas, atrapar las mías, esa sutileza con la que abre y cierra los ojos; volver a mirar mis miradas y hundirme nuevamente en el océano de sus besos.
incluso ahora aun espero volver a sentir el calor de su piel, fundirse en la comisura de mis labios, recorrer su espalda desnuda con la yema de mis dedos, volver a vivir en su vientre, aun deseo verla correr en el vergel de mi alma, sentir como florece en el páramo de mis recuerdos. y ser eterno en ella,

Vamos Pandora, baila a mi alrededor y déjame vivir de al aire que se escapa de tus labios. Déjame vivir una noche mas haciendo que tus ojos se eleven al cielo, que tu cuerpo se estremezca, déjame vivir de ese momento en que tu piel se eriza mientras cada centímetro de ella es celado por la mía.

Deseo, deseo, deseo; una noche inmortal. Un dueto de serpientes, recorriendo mis hombros, deseo ver esa delirante imaginación, haciendo lo que mejor sabe hacer; crear un mundo perfecto, uno para dos. Uno donde tus labios sean reina, y mis sentidos sean tus reyes; uno para cada noche, uno como tantas caras pueda mostrar mi careta maldita.

Quiero que tu gemido corte el tiempo y el espacio y se vuelva inmortal en el eco que se aloja en mi mente.


- ¿ Que porque hago todo esto?... preguntas
- ¿ Y porque no debería?... te respondo.



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