martes, 16 de junio de 2015

La visión de Pandora

Abrí los ojos con prisa, casi por inercia mire a mi alrededor, aun era muy de noche, esa grandes ventanas abiertas lograban hacer que la luna traspasara con el mas grande esplendor. Suspire tratando de calmarme y lo logre solo cuando la figura de Pandora se vislumbro a mi costado. Ella siempre tan tranquila, tan serena, incluso ahora que dormía me irradiaba un aura que embelesaba mis sentidos.
Mis manos controladas por el instinto se posaron sin medir sobre el nacimiento de sus caderas, donde ya con sutil control comenzaron a acariciar de una manera cómplice, moviendo lentamente los dedos, rozando con cuidado la piel, generando pequeñas figuras ahora perdidas en esa noche plutónica.

Sonreí casi impulsado por la mezcla de sentimientos, algo que oscilaba entre diversión, maldad, prohibido y emoción; aun al día de hoy, todavía creo que fue una sentimiento de alegría con tantas matices que no puedo describirlas. Mi sorpresa fue cuando la mano de Pandora se poso en mi mejilla y comenzó a acariciarme lentamente, todo esto sin abrir los ojos, aunque la luna me permitía ver como en su rostro se formaba una pequeña sonrisa.

No logre evitarlo y acercándole con cuidado bese sus labios, los bese como la primera vez, los bese como si fuese la ultima, cada vez con mas pasión desbordada, no tenia esta noche razones para contener dicha emoción. El sueño se había perdido para ambos. Los hombros desnudos de ella era la tentación de muchos y el placer de pocos; mas ahora frente a mi eran un deleite a los instintos mas animales.

Deje escapar una risita malvada y puse mis dientes sobre su tersa piel, partiendo en su cuello. Mordí suavemente mientras mis manos la atrapaban evitando que escapase, deslice mis labios por su piel rozando con mi lengua, buscando el origen de su placer, buscando donde los actos hacen que sus pequeños gemidos nazcan, buscando el punto exacto donde ella se deja amar en la penumbra. Mas ahora la recuerdo tan sensual, tan única, tan perfecta, mas ahora la recuerdo, cuando sujetando con fuerza mi espalda se deslizaba como una serpiente hasta estar sobre mis piernas y comenzaba a generar pequeños movimientos solo con el fin de ver hasta cuanto pudiese aguantar mi locura por poseerla.

Las prendas se volvieron inútiles y desaparecieron como si nunca hubiesen estado. Su cuerpo desnudo se transformo en mi delirio, un par de lunares perdidos en un mar de piel me parecieron el toque mas sutil y sensual que pudiera describir, mas fueron apocados rápidamente por el fino contacto que realizaba su cadera a la mía; movimientos cómplices fueron testigos de como ella y yo fuimos uno. Un vaivén hipnótico nos hipnotizo, nos volvió uno y nos perdimos juntos en un mar de placer.

Podría describir su ardiente piel. Sus besos en llamas, sus pechos desnudos bailando al ritmo que les imponía. Sus delicados gemidos cortando el tiempo y el espacio. Sus ojos de luna buscando los míos. Sus dedos entrelazados a los míos, sus piernas atrapando y liberando constantemente las mía. O mi torso apegado a su pecho, su vientre elevándose cada vez que mi cuerpo se hundía mas y mas en ella.

Podría una vez mas hablar de sus labios quemándose, quejándose, actuando al compás de los míos, soltando pequeñas bocanadas de aire; el cual ahora justo en este instante los necesito tanto para seguir viviendo. Porque Pandora, yo vivo de el aire que se escapa de tus besos al amar.

Deseo deseo deseo. Una y mas noches mas, donde tu cuerpo y el mio, un dueto de serpientes hagan estragos en el cielo y suelo. Donde este rito inmortal se complete una y otra vez, Donde tu dicha, tus virtudes, tus dotes; se complementen a los míos y busques lo que deseas, Y tomes lo que quieres hagas de mi, lo que yo haré de ti: inmortalidad.



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