Al abrir los ojos, solo deseó atesorar ese instante por la inmortalidad. Ese segundo pidió que fuese eterno.
Sus miradas se cruzaron y sus labios rozaron.
La piel se hizo una, mientras la noche cómplice de ambos; encerró a Plutón entre negras nubes de obsidiana. Para que el dragón y la serpiente pudieses gozar de la soledad.
Ese segundo inmortal, fue el rictus grave que el dragón anheló.
- quédate... susurro en silencio... habló sin voz... dijo sin sonidos..
- quédate... aquí... junto a mi.
La serpiente aferrada a sus piernas, atrapando sus alas, aprisionando su garganta... lamió su torso. El veneno se esparció lentamente, pero él así lo quiso.
- Oblígame... dijo en silencio, mientras golpeaba sus sentidos.
Las garras rasgaron la piel. Sus viperinas lenguas se unieron, sus piernas se entrelazaron, sus miradas se juntaron...
- Te deseo. Dijo mirando la comisura de sus labios, pero besando sus hombros desnudos. Ella en silencio asintió. y fundió su pecho junto al de él..
- Una sonrisa, esa sonrisa. la misma que ocultas al mundo.
la deseo. la busco, quiero vivir del aire que escapa de tus labios al amar.
Mis latidos sincronizados a los tuyos. Tu ingenuidad, tu delicadeza, tu lentos y calculados movimientos.
Perder el control. Perder el YO en TI.
Vuelve a verme a los ojos, que ellos hablen por mi. Deseo tanto de ti... deseo todo de ti... - la serpiente guardó silencio, cerró los ojos y mirando la nada; se transformo en todo!
Vuelve...
No hay comentarios:
Publicar un comentario