Rafaela

Es extraña como influye la cambiante brisa que roza tus labios rojos, tu piel canela desde tiempos que encierra mi mente, fueron un pecado repudiado a mis ojos cristalizados de tanto odio que acumulado se concentraban en ellos; mas bien ahora tu figura se cuela entre mis manos y tu piel se complementa con la mía. Tu mirada tímida, avergonzada de mis gestos y delirante de deseo reprimido. cuelas tus dedos por mi cabellera; no intentas detenerme, mas tu boca lo insinúa "pero miente", miente con cada beso que deseoso fusiona a los mios y tus piernas como víboras aferradas a las mías, buscas mi placer; yo quiero el tuyo. Me temes y eso lo amo; respeta a tu latido efímero de silencio ahogante en esta noche de de libido luna di sete tragare tus prejuicio y tus miedos demoniacos. Que esta noche los lobos rabiosos miren sus blancas pupilas manchadas de andar y encuentren en el otro la plenitud que en esos momentos fugaces que el deseo entrega a gotas de piacere de voi. Como me odias, cuando mis labios sin bacilar se elevan por tus piernas a donde tu placer se acumula de mi, poco a poco tus ojos giran y el cielo es tu dirección; como si un ángel violara tu piel y tu solo cerraras los ojos en un rito divino. Mas bien abres los ojos y encuentras que tu figura angelical, solo es un demonio mas, con ese toque que humano no conoces y solo vuelas, placer, placer placer, repites en tu cabeza hasta caer en mis brazos y abres lo que mis sentidos tragan sin remedio. jadeas al vaivén de mi cadera acoplada a la tuya, enseñas los dientes y muerdes mis deseosos labios, alza el vuelo y posicionas tus manos donde quieres, recorres mi cuerpo como una extensión mas del tuyo. cierras los ojos, te inclinas y arqueas tu cadera al compás de la mía, sigues mis pasos y te apoderas de todo lo que besas, te desesperas y entrelazas tus dedos a los mios, "no escaparas" susurras. Sonrió y mientras alzas tus brazos de placer a mi, te lo digo:
" no io no sono scappata."