Pandora
Cuando volvió Pandora
de sus largo andar, con ella cargaba un bruma densa bajo su mirar, sus ojos de
plata ahora reflejaban una densa bruma, que acorralaba los sentidos y hacia
callar a los silencios. No volvió siendo ella, en sus cabeza un eco carcomió
sus pensares y derribo sus ideales.
No volvió ella, más
bien era una coraza hueca, un cascaron sin alma, en sus cabeza ella lo había
destruido todo. Olvido la sutileza y al lobo. Olvido quien era y donde estaba.
Volvió siendo una pandora inhumana, defectuosa, un hibrido hilarante y erguido,
cosechado de algún macabro cuento surreal.
¿Dónde fue a morir
Pandora? Exclamo en silencio el lobo mientras acostado frente al mar, dejaba
que el viento costero, golpeara su rostro.
¿Dónde está mi
Pandora? Comenzó a llorar el animal. Sintiéndose olvidado, perdido entre
recuerdos y mares de ilusiones rotas.
Él no lo pudo
aguantar, comenzó a correr entre las espinas, buscando alguna explicación, como
si mientras más dolor sintiera, con mayor fuerza ella lo escucharía. Pero
después de días de correr sin detenerse, después de noches sin beber una gota
de agua, simplemente la bestia; se desplomo en un pestañeo. Su cuerpo exhausto
se volvió un inconveniente, dejándose azotar con fuerza contra ese mar de
espinas, las que se hundían con fuerza en su negro pecho.
La roja sangre comenzó
a fluir, demostrando cuanto le dolía. Pero Pandora, no apareció.
Todo se volvió oscuro
un minuto, todo se tornó negro en un instante. Simplemente el lobo, dejo de
respirar el viciado aroma de la pena y la tristeza. Y poco a poco se desvaneció
en el aire, se desvaneció con el tiempo.
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