martes, 1 de septiembre de 2015

Manzanas Verdes y Aullidos Rojos



Ha encontrado lo que no buscaba:

El punto exacto donde soslaya la luna. La diana perfecta de la canción que hace olvidar los sonidos y opaca el tacto.

Escupe veneno en su camino, patea dos o tres piedras; pensando en una voz que tuerce sus sentidos y hace eco en su cabeza. Mas ahora, solo levanta el rostro para que el sol queme sus ojos, para aparentar estar vivo, mas ahora solo levanta la mirada esperando un golpe que retumbe en su cabeza y parta sus sentidos: aun más.

Escupe veneno en cada andar, deja derramar litros y kilos del maltrecho vitae; apocando consigo los metros que avanza, destruyendo el asfalto, dejando que se precipiten al suelo y hagan surcos en sus mejillas, escupe veneno, porque esta confundido, porque siente el frió que cala los huesos y quiebra el alma.

Eso sucede; siente frió. acaso se muere poco a poco? esa es una pregunta que constantemente llega tras sus ojos y se reflejan en sus pupilas distantes.  Alza sus brazos, intenta ahora quemar sus manos, o mas bien, solo intenta calentarlas de alguna forma.

Buscando sentirse humano, buscando sentirse algo.

Cierra sus ojos. Intenta buscar un lado conocido en algún recóndito lugar de el vergel de su alma para poder descansar; mas ahora el Lobo se posa frente a él. Elegante bestia de azabache tintura, esculpida figura de un vil animal sin corazón. Mira de reojo con ese par de rojos soles, enseña los dientes riéndose de la desgracia, Lamiendo el veneno que él deja caer. Un monstruo de pesadillas, un engendro de perdición, un Lobo de centelleante mirada que termina por destripar lo poco y nada que va quedando de él, esa es su misión: ser feliz a costa de la desgracia ajena; aunque eso le signifique morir al final de el túnel...



Solo cierra los ojos y has que se detengan los aullidos.





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